sábado, 17 de diciembre de 2016

Programa analítico de Lengua y Literatura
Tercer año B. CBT. 2016
Profesora Nadia Betarte

alumnos reglamentados (Axel García, María Hernández, Alan Rondeau)

Unidad I: Núcleo Introductorio
“El león viejo y el zorro” (Esopo)
¨       Definición de Fábula.
¨       Biografía del autor.
¨       Personajes y argumento.

Definición de Literatura.
¨       Los Géneros Literarios (Narrativo, Lírico y Dramático).

Unidad II: Literatura del 900
Generación del Novecientos
¨       Período histórico.
¨       Autores destacados.
¨       Principales características.
¨       Los cenáculos y los cafés.

“El hijo” (Horacio Quiroga)
¨       Biografía del autor.
¨       Argumento del cuento.
¨       Concepto de paralelismo psico-cósmico. Análisis en el texto.
¨       La relación entre padre e hijo. Influencia de la viudez del padre.
¨       Grafopeya y etopeya de los personajes.
¨       La anticipación presente en la historia.
¨       Análisis del desenlace.

“Explosión” (Delmira Agustini)
¨       Biografía de la autora.
¨       Características básicas del Género Lírico: medida de los versos (cómo escandir, qué es una sinalefa).
¨       Definición de soneto.
¨       Concepto de hipérbole, personificación y neologismo. Análisis en el poema.
¨       Mensaje que transmite la autora a través de esta obra.

“El desalojo” (Florencio Sánchez):
¨       Biografía del autor.
¨       Características del Género Dramático. Definición de Sainete.
¨       Argumento general de la obra.
¨       Ubicación espacial: características del conventillo.
¨       Indalecia: situación personal. Relación con el título de la obra.
¨       Análisis de las Escenas I, II y III.
¨       Lectura comentada de las Escenas V a VII: relación entre el Inválido e Indalecia.
¨      Concepto de protagonista y antagonista.


Unidad III: Género Narrativo
Características propias del Género:
¨       Finalidad. Superestructura narrativa. Clasificación de los personajes. Narrador: definición y clasificación.

“No oyes ladrar los perros” (Juan Rulfo)
¨       Biografía del autor
¨       Argumento del cuento.
¨       El Complejo de Edipo: concepto. Análisis en la obra.
¨       El nombre Ignacio: connotaciones.
¨       La focalización en el padre.
¨       Análisis del desenlace.

Unidad IV: Género Lírico
Características propias del Género:
¨       Orígenes. Finalidad. Estructura (versos y estrofas). Rima, ritmo y métrica del verso.

“Rebelde” (Juana de Ibarbourou)
¨       Estructura externa. Definición de soneto.
¨       Tema del texto. Referencias a la mitología.
¨       La figura de Caronte en la mitología y en el poema.
¨       Análisis de las tres antítesis (yo lírico vs. Caronte, el ambiente, las demás almas)
¨       Análisis de los recursos literarios planteados a lo largo del poema.

“Lo fatal” (Rubén Darío)
¨       Breve biografía del autor.
¨       Características del modernismo.
¨       Estructura externa e interna del poema.
¨       Tema del texto: la angustia existencial.
¨       Análisis de la Introducción: extensión. Sentimientos del yo lírico. El privilegio de no sentir.
¨       Análisis del Desarrollo: extensión. Presentación de los temores del yo lírico. Polísindeton de la segunda estrofa (concepto, finalidad de su uso en este poema). El encabalgamiento (concepto e identificación). La pluralidad en la última estrofa (objetivo del autor).
¨       Análisis de la Conclusión: extensión. Planteamiento de la incertidumbre.

“Arte poética” (Juan Gelman)
¨       Biografía del autor.
¨       Tema y estructura externa del poema.
¨       Análisis de las personificaciones.
¨       Sentimientos del yo lírico. Relación con la vida del autor.

alumnos libres (Paula Pérez)
A los temas planteados para los alumnos reglamentados, se agregan los siguientes:
Unidad IV: Género Lírico
 “Los orientales” (Idea Vilariño)
¨       Breve biografía de la autora.
¨       Tema y estructura externa del poema.
¨       Significado histórico, social y cultural del mismo.
¨       Descripción de los orientales a lo largo de todo el texto.
¨       Elementos que permiten su musicalización.
Unidad V: Género Dramático
¨       Características del Género Dramático. Sus orígenes.
¨       La importancia de la representación.
¨       La acción dramática. El diálogo dramático.
¨       El texto dramático escrito: la importancia de las acotaciones como soporte de la acción.

“Quién paga el pato” (Mauricio Rosencof)
¨       Estructura externa.
¨       Tema y argumento de la obra.
¨       Estudio de personajes.
¨       La crítica social a través del humor.

Unidad VI: Género Lírico-Narrativo
“Martín Fierro” (José Hernández)
¨       Biografía del autor.
¨       Literatura gaucha y literatura gauchesca.
¨       Significado del título.
¨       Estructura de la obra.
¨       La crítica social (Características del gaucho).
¨       Personajes principales y secundarios (Reconocimiento)
¨       Análisis de los Cantos I y II de la primera parte.


RECUERDA LEER TODAS LAS ACTIVIDADES REALIZADAS EN EL AÑO, LA INFORMACIÓN DEL CUADERNO Y LOS TEXTOS TRABAJADOS.
EL DÍA DEL EXAMEN PUEDES CONTAR CON UNA COPIA DE LOS TEXTOS, SIN RAYAR Y SIN ANOTACIONES.


¡A ESTUDIAR Y … ÉXITOS!




sábado, 1 de octubre de 2016

"Rebelde" (Juana de Ibarbourou)

Caronte: yo seré un escándalo en tu barca.
Mientras las otras sombras recen, giman o lloren.
Y bajo tus miradas de siniestro patriarca
las tímidas y tristes, en bajo acento, oren.

Yo iré como una alondra cantando por el río.
Y llevaré a tu barca mi perfume salvaje
e irradiaré en las ondas del arroyo sombrío
como una azul linterna que alumbrara en el viaje.

Por más que tú no  quieras, por más guiños siniestros 
que me hagan tus dos ojos en el terror maestros,
Caronte, yo en tu barca seré como un escándalo.

Y extenuada de sombra, de valor y de frío,
cuando quieras dejarme a la orilla del río,
me bajarán tus brazos cual conquista de vándalo. 

jueves, 18 de diciembre de 2014

Programa Analítico

Programa análitico de Lengua y Literatura.
Tercer año A, B y C.
C.B.T. Escuela Técnica de Florida.
Profesora Nadia Betarte- 2014

Generalidades:
Elementos y funciones de la comunicación. La función poética del lenguaje y su relación con la Literatura.

Unidad I. Núcleo Introductorio
“El dragón” (Ray Bradbury): 
Características generales del cuento: ubicación temporal y espacial. Personajes principales y secundarios. Características del “dragón”. Particularidades del desenlace

Unidad II. Narrativa, lírica y dramática de la Generación del Novecientos
La Generación del Novecientos: Contexto histórico. Características. Principales representantes.
Características generales de los textos narrativos: Finalidad. Intención del narrador. Definición de narrador. Diferentes tipos de personajes. Superestructura narrativa: marco, complicación y resolución.
“El almohadón de plumas” (Horacio Quiroga): Personajes principales y secundarios. (Descripción de los primeros, teniendo en cuenta grafopeya y etopeya). Características del matrimonio y la casa donde viven. Evolución de la enfermedad de Alicia. Última salida al patio y muerte de la protagonista. El insecto en el almohadón. Análisis del epílogo.
Características generales de los textos líricos: Verso, estrofa, ritmo, rima, métrica, yo lírico. Finalidad.
“Explosión” (Delmira Agustini): Estructura externa (definición de soneto). Tema. El yo lírico y el amor. Transgresión de las normas culturales de la época. Diferentes comparaciones.
Características de los textos dramáticos: Origen del término drama y de los textos dramáticos (la tragedia griega). Importancia de la acción. Significado de acotación, acto y escena.
“El desalojo” (Florencio Sánchez): Definición de Sainete. Tema de la obra. Descripción de personajes (encargada, vecinas, Indalecia, Genaro, inválido) a través de las escenas I, III y VIII. Conflicto principal: la situación de Indalecia. Desenlace: evolución de la protagonista.

Para los alumnos libres:
“A la deriva” (Horacio Quiroga): Ubicación espacial. Características del protagonista (su relación con los demás). Evolución de los efectos del veneno (especial atención a las imágenes visuales de la herida). La travesía por el Río Paraná. Las últimas horas (aparente mejoría, surgimiento de los recuerdos).

Unidad III. Narrativa breve.
“Dos viejos” (Juan José Morosoli): Diferentes ubicaciones temporales. Antítesis de los protagonistas a través de sus características. La visión del mundo para cada uno de ellos. La relación de Llanes con su pasado. La convivencia. La admiración mutua (análisis del desenlace.
“El ahogado más hermoso del mundo” (Gabriel García Márquez): Realismo Mágico. Características del pueblo. La ironía a través de la descripción de Esteban. Reacción de las mujeres y los hombres. Significado del nombre. La unión del pueblo a través del ahogado.

Para los alumnos libres:
“El hombre pálido” (Francisco Espínola): Ubicación temporal y espacial. Influencia del ambiente en la historia. Caracterización de Elvira y el hombre pálido. Desenlace.
“Continuidad de los parques” (Julio Cortázar): El hombre y su relación con la novela que lee. Los amantes en la cabaña. Unión del mundo real y el ficticio.

Unidad IV. Lírica
“El pozo” (Juana de Ibarbourou): Descripción del pozo. Personificación del agua. Diálogo de la última estrofa.

Para los alumnos libres:
 “Los orientales” (Idea Vilariño): Tema. Descripción de los orientales a través del uso de diferentes recursos literarios.
“Cultivo una rosa blanca” (José Martí): Significado de la amistad para el yo lírico. El símbolo de la rosa. Análisis de recursos literarios presentes en el texto.

 “Quén paga el pato” (Mauricio Rosencof): Estructura. Argumento y tema. Estudio de personajes. La crítica social a través del humor.

 “Martín Fierro” (José Hernández): Literatura gaucha y literatura gauchesca. Significado del título. Estructura. La crítica social (Características del gaucho). Personajes principales y secundarios (Reconocimiento)

“Martín Fierro”: Análisis de los Cantos I y II de la primera parte.

RECUERDA LEER TODAS LAS ACTIVIDADES REALIZADAS EN EL AÑO, LA INFORMACIÓN DEL CUADERNO Y LOS TEXTOS TRABAJADOS.
EL DÍA DEL EXAMEN PUEDES CONTAR CON UNA COPIA DE LOS TEXTOS, SIN RAYAR Y SIN ANOTACIONES.


¡A ESTUDIAR Y … ÉXITOS!

domingo, 24 de agosto de 2014

Dos viejos (Juan José Morosoli)

     Fue una amistad que se inició en la ventanilla de una oficina de pagos para jubilados.
    Don Llanes recibió de manos del pagador una planilla en la que tenía que escribir algunos datos personales.
      -¿Y usted no me la puede escribir?- preguntó al empleado.
      -No. Pero aquel hombre tal vez le ayude.
      Señaló a un hombre que estaba esperando. Este se paró y se acercó a la ventanilla, cobró y luego fue a hacerle el trabajo a Llanes.
      Al fin éste presentó el papel, recibió el dinero y salió con el otro de la oficina.

***

      Ya en la calle Llanes invitó:
      -¿Vamos a tomar una copa?
      -Le agradezco, pero no bebo.
      -Entonces acépteme unos bizcochos.
      -Mire, le digo la verdad, pero a esta hora no apetezco.
      Don Llanes lo miró de frente. Advirtió que era un "viejo poquito". Suave. Delgado. Atildado. Tenía buena corbata. Buenos botines lustrados. Y unas manos finas y blancas. Parecían de mujer.
     -Ta bien -dijo-. Yo cuando cobro, como alguna golosina y me paso alguna caña para adentro...

***

      La mañana estaba linda. Bien soleada la plaza. Bajo las acacias de sombra redonda, medallones de sol se hamacaban suavemente. Había un silencio agujereado por los píos de los gorriones. Don Llanes miró hacia los árboles. Sacó la tabaquera y se la tendió al otro.
      -Haga uno. Es de contrabando.
      -Gracias, no fumo.
      Entonces Llanes preguntó:
      -¿Es enfermo usted?
      -No señor, pero me cuido.
      Se hizo una pausa.
      En el centro de la plaza, bajo una acacia dorada, el banco donde siempre se sentaba a comer bizcochos parecía esperarlos.
      -¿Qué le parece si nos sentamos a prosear?
      -Sí. Eso sí.
      Don Llanes era un hombre bajo, de cuello corto. Vestía bombacha ancha, de abrochar bajo el tobillo, y calzaba alpargatas. De él se desprendía una fuerza tranquila. Su cara era plácida. Sin sonrisas, de mirada fuerte pero no dura. Una mirada que se quedaba un poco en las cosas.
     Hablaba despacio con voz gruesa y baja. Una afeitada reciente hacía resaltar más el tostado de la piel en el cuello y en la frente. Un tostado color ladrillo.
      -Yo estoy acostumbrado a sentarme aquí cuando cobro.
      -Yo lo he visto. Vengo seguido, pero después me canso. Pero al rato vuelvo a venir...
      -¡Fíjese!
     Entonces "el viejito" -así lo había bautizado Llanes- ya seguro del interés del otro por su charla, prosiguió:
      -Como no tengo familia  vivo en una pensión...
      -Una cosa que yo no podría, ¿ve?- acotó don Llanes.
      -Sí, es triste... pero...
      Don Llanes esperó un poco la continuación del relato, y preguntó después:
      -¿Y?
      -Eso. Tres en una pieza. Los otros son jóvenes. Trabajan. Vienen a comer y se van. Después vuelven y se acuestan.
      La necesidad de contar algo de su vida parecía haber desbordado su prudencia frente a aquel hombre con quien hablaba por primera vez y que parecía tan diferente de él.
      Siguió:
      -Y no han caído en las camas y ya están dormidos.
      -Las camas son para eso...
      -Sí. Eso sí. Pero yo me acuesto y demoro en dormirme... Y después que me duermo me despierto otra vez... Me cuesta volver a dormirme... Hasta que me levanto temprano a esperar.
      -¿A esperar qué?
      -¡Nada! ¿Usted sabe lo que es esperar nada?
      -Si le digo que no entiendo.
      -Espero la hora de almorzar... Salgo y entro y salgo otra vez... Doy vuelta la manzana y vuelvo... Me siento aquí y espero. Calculo que son las doce y son las diez... Las doce demoran mucho en venir... Almuerzo y tengo que esperar que pase la tarde y la tarde no se va  nunca. Cuando llega la noche espero la cena... me acuesto... No me duermo y lo peor es que me tengo que quedar quieto porque tengo miedo de despertar a los otros...
      Llanes le escuchaba. No entendía bien la tragedia del hombre pero se daba cuenta de que aquello era una cosa de esas que parece que no pueden ser.
      El otro seguía y Llanes se iba fastidiando con él porque aguantaba aquello y lo contaba con una lentitud que no estaba de acuerdo con su deseo de que terminara en algo. Que le pasara algo, en fin. Hasta que le interrumpió:
      -Pero amigo -le dijo- ¿usted no se enloquece?... Porque eso es peor que estar tullido.
      -¿Cómo peor que estar tullido?
     -¡Pues! Un tullido está tullido. Pero usted puede andar. Irse. Hacer algo. Usted no está atado ni enfermo, ni preso, ni yo que sé que es lo que le pasa.
      -Sí, sí. Tiene razón, pero...
      Los dos se habían desahogado. Parecían quedar vacíos. El silencio ni los separaba ni los unía. Como si hubieran vuelto a su natural soledad.
      Hasta que Llanes invitó:
     -¿Qué le parece si vamos a mi rancho y comemos un asado?
      El viejito aceptó porque le faltó resolución para rechazar la invitación.
     No se explicaba porqué había ocurrido esto que le sacaba de su orden, de su destino de pieza engranada en un vacío que le hacía funcionar sin que hiciera falta. Que le hacía funcionar porque sí. Sin explicación posible.

***

      Palabras fueron y palabras vinieron. La tarde se les fue sin advertirlo. Habían recorrido la quintita de Llanes. Llegaron hasta las barrancas del arroyo que distaba unas centenas de metros.

***

      Ya estaban cerca de la pensión. Habían caminado dos o tres cuadras sin hablar cuando Llanes dijo esto:
      -Lo que tiene que hacer usted es venirse a vivir conmigo. Prueba. Si no le gusta se va...
      El viejito vaciló. Miró a Llanes y contestó tímidamente:
      -Bueno... Si usted quiere...

***

      El rancho era amplio. Limpio. Paredes de ladrillo y techo de quincha, plantado en un terreno de dos mil metros bien cultivado. En dos horquetas clavadas en la tierra, el mazo de cañas de pescar, con una bolsita enfundando las puntas.
      Llanes al lado del fogón tomaba mate. Era la primera mañana que iban a compartir. El viejito se lavó, se peinó y se acercó al fogón.
      -Buen día -dijo.
      Llanes por contestación le entregó el mate. Más que invitarlo le ordenó:
      -¡Tome!
      -Es temprano -dijo el otro-, usted madruga.
      -¿Temprano? Son las seis...
      Tras breve pausa, siguió:
     -Cómo va a dormir de noche si se levanta a media mañana...
      El otro no dijo nada. Pero pensó:
      -Si le llama media mañana a las seis, se levantará a las cuatro.
      Tomaron cuatro o cinco mates. Llanes volvió a ordenar:
      -Vamos al mercado... Hoy vamos a pucheriar...
      Cuando volvieron Llanes fue por verduras y leña. Al viejito le pareció que su deber era ayudar al amigo y se puso a lavar la carne. Cuando Llanes volvió lo encontró en eso.
      -¿Pero qué está haciendo, hombre? -le preguntó fastidiado-. ¿Se cree que la carne es una camisa? ¡No ve que le saca todo el jugo!
      El otro se quedó callado. Abrumado por la reprimenda. Llanes lo advirtió y le dio lástima.
      -Parece una criatura -pensó. Y dijo:
      -Usted no haga nada sin preguntar... ¿No ve que no sabe?

***

      El viejito empezó a agrandarse en la estimación de Llanes aquel día en que leyó el diario "para los dos".
     Leía y hacía consideraciones sobre lo que leía. Explicaba todo y Llanes le entendía. Le parecía "estar viendo" lo que él le relataba. Se le "representaban" las cosas, según le dijo.
      Era una crónica policial y al final comentó Llanes:
      -Es grandemente claro... Pero la muerte está bien hecha.
      -Sí -dijo el lector-. Pero una muerte es una muerte.
      -Según. El que sabe cómo fue es él...
      -Sí. Pero la cárcel...
     -Eso no es nada. Yo le digo porque sé... Feo es dormir con un muerto abajo la almohada... Si usted mata pa defenderse el muerto se va... Si no, se queda... la justicia es usted ¿no le parece?
      -Eso sí... Pero...
      Callaron un  momento. Luego preguntó el viejito:
      -¿Usted conoció algún caso?
      -Sí. Me tocó a mi. Tuve preso y después salí... Y si le digo que no me acuerdo de la cara ni el nombre del muerto, no le miento...
      Y tras un  silencio:
      -Bueno... Si las cosas no entraran y salieran de uno... ¡Dios nos libre!...
      
***

      Estaban tomando mate cuando llegó aquel hombre. Era joven. Descendió de un camión.
      -Buen día -dijo. Y se dirijió a Llanes:
      -¿Cómo está?
      -Bien... ¿Y vos?
      -Bien...
      Señaló el camión y dijo:
      -Ahora trabajando bien... Es mío...
      -¿Y tu madre?
      -Bien.
      Se callaron. Parecían haber dicho todo hasta que Llanes preguntó:
      -¿Querés quedarte a comer?
      -No. Me tengo que ir... Tengo que cargar leña...
      Otro silencio. Pesado.
      -Así que me voy a ir...
      Le tendió la mano a Llanes y siguió:
      -Bueno... Que siga bien...
      -Gracias. Y dale recuerdos a tu madre.
      El joven subió al camión y partió.
      El viejito preguntó:
      -¿Y este mozo?
      -Dicen que es hijo mío...
      Se asombró el viejito. Nunca había oído a Llanes hablar de su familia.
      -¿Así que es casado entonces?
      El que se asombró ahora fue Llanes.
      -¿Casado? ¡No! Pero hijos debo tener... dos o tres...
      -¡Ajá!
      -He caminado mucho. uno anda por aquí y por allá. Y como ni ayuda ni pide ayuda... Y los hijos son de la madre, no del padre... Si uno sigue y ella queda, quedan ellos.
      El viejito se calló. Se concentró. ¡Qué hombre este Llanes! Sembró hijos. Mató un hombre. Olvidó a los vivos y a los muertos. Está solo y es feliz.
      Comprendió que los hechos de su vida los iba dejando olvidados, como si no hubieran tenido consecuencias. Como hechos que al realizarse murieran.

***

      Llamaban a la misa las campanas de la Iglesia. El viejito se levantó, se vistió con su traje dominguero y salió del rancho.
      Llanes mateaba.
      -Se durmió- le dijo y le alcanzó el mate.
      -Gracias -dijo el otro-. Hoy no puedo. Tengo que estar en ayunas.
      Esperó que Llanes le preguntara algo. Que le averiguara por qué se había vestido con aquel traje que desde que vivía con él no se había puesto nunca. Pero Llanes no pareció interesarse ni por la contestación que él le dio al rechazar el mate ni por el traje nuevo.
      -Voy a la Iglesia -dijo-. A comulgar... Voy medio seguido... -Y preguntó después:
      -¿Usté no va?
      Llanes pareció asombrarse.
      -¿Para qué? -preguntó a su vez. Y siguió -: No estoy enfermo... No preciso nada... ¿Para qué voy a ir?... ¿No le parece?
      El viejito no le contestó y ganó la calle. Camino a la Iglesia pensaba:
      -Sí. Algo iba a pedir él... Pero no era para ahora. Era para después... Pero Llanes ni eso precisaba... Y recordó algo que le oyó decir un día: ¿Pedir lo que a uno le tienen que dar?... Si se lo tienen que dar y no se lo dan el que está mal es el que lo tiene que dar... Entonces usted lo agarra... Por eso él no pedía nada...

***

      Ahora la vida de ambos tenía un ritmo parejo. De yunta. Comían, tomaban mate, pescaban. A veces recorrían la costa del arroyo. Hablaba el viejito y Llanes callaba. A veces hasta preguntaba algo, parando las lecturas del otro. Llanes cavaba la tierra. El viejito lo seguía con fidelidad de perro, o iba al costado de él o le alcanzaba pequeñas plantas que el otro trasplantaba.

***

      Aquella tarde fueron al arroyo. El viejito vio cómo Llanes se desnudaba y zambullía en la laguna desde la alta barranca. Después iba y venía nadando de orilla a orilla. Cuando salió le dijo:
      -¡Pero qué hombre es usted Llanes!
      No entendió Llanes y preguntó:
      -¿Qué dijo?
      -¡Que sería lindo ser como usted!
      Se fastidió Llanes.
      -Déjese de bobadas -dijo. Y luego-: ¡Decirme eso a mí que no sé leer!... ¡Cállese!
      El viejo caminó dos o tres pasos, recogió la ropa de Llanes y al tiempo que se la alcanzaba le dijo:
      -Vístase ligero Llanes... ¡Hace frío!...
      Llanes sonrió.
      Desde que estaban juntos era la primera vez que sonreía.